España destruyó 841.465 empleos

El pasado diciembre se registró el mayor número de parados de la historia, más de tres millones de personas

Corbacho admite que el desempleo «no ha tocado techo», aunque Zapatero augura que comenzará a notarse un descenso a partir de marzo reacciones

Como si de una carrera diabólica se tratase, las cifras de paro pulverizan mes tras mes los peores resultados de la historia española, aunque el Gobierno -que admite la gravedad de la situación- trata de transmitir confianza en una pronta recuperación. Lo hace pese a admitir que el desempleo -los históricos más de tres millones de parados con los que se despidió el 2008- «no ha tocado techo», como asumió el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho. A estas malas noticias se suman las de que, además, la afiliación a la Seguridad Social cayó en 841.465 personas el pasado año. Es decir, se destruyó esa abultadísima cifra de puestos de trabajo.

La secretaria general de Empleo, Maravillas Rojo, y el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granados, tuvieron ayer el ingrato cometido de anunciar que casi un millón de personas engrosaron las listas de parados en los últimos doce meses. Inscritas en las oficinas hay 3.128.963 personas o, lo que es lo mismo, un 46,9% más que en diciembre del 2007, mes en el que el desempleo había subido mucho menos: apenas 35.000 personas.

En diciembre casi 140.000 personas se inscribieron en los servicios de empleo, lo que se traduce en un 4,6% más que el mes anterior y constata la crítica situación del mercado laboral español, que tiene el dudoso honor de ser el país de la UE con mayor tasa de paro, ya que -a falta de que el INE la actualice a final de mes- estaría en torno al 13,6% de la población activa. Esta cifra queda todavía lejos del 18,31% registrado en enero de 1996, el dato más antiguo disponible con el actual método de cómputo. Entonces, la población activa era inferior en 6,5 millones de personas a la actual (en el tercer trimestre del 2008 se situaba en 22.945.000 trabajadores). De este modo, como el Gobierno recordaba ayer, la repercusión de los actuales tres millones de parados es menor que la que tuvieron cifras similares en el crisis anteriores, precisamente porque es mayor el volumen de población activa.

La construcción, a la cabeza.

Por sectores, la construcción fue, de nuevo, el peor parado en diciembre. Subió un 13,6% sobre el mes anterior y un espectacular 108,1% (esto es, más del doble) sobre el mismo mes del 2007, cerrando el año con 590.730 desempleados. El sector del ladrillo ha sido el epicentro del terremoto laboral que vive el país -dos de cada tres afiliados perdidos por la Seguridad Social procedían de ese sector- y que extendió su efecto devastador a la industria. En esta área, el desempleo registró un incremento anual del 42,8%. También acusó el golpe el sector servicios: en términos absolutos registró en diciembre 46.471 nuevos parados, 2,6% más que en noviembre y el 38,3% más que un año antes. Solo el colectivo sin empleo anterior redujo el número de demandantes con respecto al mes previo, aunque se elevó un 22,7% respecto al 2007.

También como efecto de la pérdida masiva de puestos de trabajo en la construcción, por primera vez en la historia el número de parados masculinos superó al femenino: 691.328 (78,1% más) frente a 308.088 (24,7%) en el último año. Y ninguna de las diecisiete comunidades autónomas escapó del balance negativo.

Expectativas de recuperación.

«El dato del paro de diciembre es negativo, pero menos que el de noviembre y octubre», justificó ayer Corbacho. «Me gustaría decir que hemos tocado techo, pero creo que no», afirmó, para matizar a renglón seguido que «no llegaremos a los cuatro millones de ninguna de las maneras. Quedaremos muy por debajo».
Pese a todo, ayer su ministerio daba luz verde al ERE de Renault, que afecta a más de 10.000 empleados. El presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, enviaba un mensaje de esperanza, al mostrarse convencido de que a partir de marzo las medidas adoptadas por el Ejecutivo rebajarán las cifras de desempleo.

Fuente: LA VOZ DE GALICIA

Autor: Natalia Bore
Fecha de publicación: 9/1/2009