En un mundo dominado por los medios digitales y la comunicación masiva, en esta sociedad de la información en que a los departamentos de recursos humanos de las grandes empresas llegan cientos y cientos de currículums al mes, el redactar una carta de presentación brillante supone adelantarse medio segundo en una final de 100 metros lisos.
Una carta de presentación debe ser atractiva, atraer al ejecutivo de la empresa como si de una buena historia se tratase, que piense para sí que este expediente pinta bien.
Debe ser elegante, educada y concisa. Debe poner mucho en poco, debe demostrar interés y hacer ver la buena elección que resultaría, y que invite a leer el CV.
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